jueves, 11 de diciembre de 2008

deprisita


No sé cuándo fue ayer. Los días pasan, son superados por las semanas, rápido vienen los meses... No sigo igual, me digo, pero hace un año que no me doy cuenta del paso del tiempo. Hay grandes etapas, pero no hay unidades. Sólo vastos bloques de emociones y vivencias correlacionadas.

No se puede decir que viva deprisa: no soy una joven alocada viviento el momento al máximo sin pensar en el mañana. Es el momento el que se alarga en anchura y largura hasta perder la elasticidad, y temo quedarme atrapada dentro. Tan amplio es que lo he podido observar desde dentro y desde fuera en mis recorridos, como si fuese a la vez protagonista y autor.

Este momento dura, y dura, al igual que el anterior, y seguramente el siguiente seguirá sus pasos. Es especial el salto de uno a otro, pero tan breve que a veces me lo pierdo.

1 comentario:

Milhaud dijo...

Hay una gran verdad que se aprende con el tiempo. A medida que pasan los años, el tiempo pasa más deprisa... pero no por eso tenemos que perder comba, y con cabeza, el tiempo se puede aprovechar incluso más que antes.