miércoles, 27 de mayo de 2009

el placer de estar suspendido


Esto de tener tanto tiempo da para pensar, pero en vez de eso, puesto que cualquier cosa a la que estemos obligados nos apesta un poco (el tiempo libre no lo es cuando no hay tiempo ocupado), yo me estoy dedicando a llenar horas y horas de sin-quehaceres.

Para eso es fantástico internet. No recuerdo qué hacía antes de que lo conociera, me pasa lo mismo que con el móvil. Ahora paso todo mi tiempo dentro de casa entre cocinar, limpiar, jugar con el gato y descargarme entretenimientos varios. Me estoy poniendo al día con todas esas series de las que tanto he oído hablar, y que siempre he rehusado empezar a ver por miedo a engancharme. Pues bien: ahora me vicio a la que sea y puedo pasar todo el santo día viéndola. En el hipotético caso de que me llamen para trabajar en algún sitio de este parado país va a ser un duro golpe.

Me gustan especialmente esas series que se exceden tanto con las excentricidades del guión que se convierten en adictivas: como el "tomaco" de Homer, aunque sabes que es algo malo, quieres más y más. Hablo de Perdidos, de la que soy seguidora desde su segunda temporada (y cada vez me deja con la boca más abierta de las vueltas incoherentes que da la historia) y ahora de Heroes, que después de rechazar durante largos años, ahora me acompaña en mis bochornosas mañanas, tardes y noches de Madrid (no os imaginais el calor que hace en este piso). Sencillamente ¡me encanta!

Como esas ya las conocéis todos, recomiendo algo que a lo mejor se os ha escapado: Ponyo en el Acantilado. Es la mejor película de Hayao Miyazaki y un perfecto antídoto contra cualquier tipo de depresión. Sobre todo efectiva con la causada por la carencia de objetivos a corto y medio plazo. ¡Dejaos llevar por la niña-pez!

Ah, la foto no tiene nada que ver con esta entrada. Es de mis plantitas, que por fin he salvado y crecen a la fresca en su pecera. He dado varias vueltas a Madrid y no encuentro un pez que las acompañe.

viernes, 24 de abril de 2009

Ya está aquí!!


Espero que esta vez venga para quedarse.

viernes, 3 de abril de 2009

futuro desalentador


Una caída del 3% en la economía española para 2009, y el paro subiendo en 2010. Todo esto me devuelve la idea de emigrar, después de muchos años de decisiones tomadas precisamente para lo contrario.

Por el momento me mantengo a la espera de que los proyectos en el aire den sus frutos, pero yo también me canso de esperar para nada.

jueves, 2 de abril de 2009

Lisa y llanamente España

Como si del Tío Paquete se tratara, un hombre grotesco, de palabras masculladas y de cuerpo enmohecido, trajina en la nada de un bar del centro. Murmura gemidos que quieren ser frases y desplaza su corpulento torso cual saco de harapos entre los desaventurados clientes de las 6 de la tarde, sin tocar, pero sin ceder. Su compañera, reflejo poco femenino de un individuo que ya de por si no me parece ni humano, espeta al camarero que la llame "señorita, que me mantengo virgen hasta el matrimonio por decisión propia, para eso soy muy antigua, así que trátame con respeto". Canosa y desafortunada ilusa. Ambos se afanan en engullir un plato de mal jamón peor cortado, tragando a duras penas gracias a los lingotazos del whisky que, medio en amenaza medio a modo de disculpa, garantizan haber abonado ya.

A pesar de las burdas formas, o precisamente por ellas, el dueño del local se entrega de la misma guisa a invitarles a otra copa, ésta de vino de la casa, para calmar el malentendido de las recién cobradas sin el permiso de tan estimados clientes. Lo más espectacular de esta escena costumbrista es la naturalidad con que dicho dueño, especialmente, y el foráneo camarero, en cuya expresión sí se atisba todavía el recuerdo de lo que es el aire puro, mantienen el ánimo. Farfulladores natos a la altura de las circustancias, resuelven sus tejemanejes frente a la oscura sombra de la máquina registradora para recuperar en pocos segundos una sonrisa que de añeja resulta espontánea, y asusta.

Un Madrid que no deja de sorprender. Una España profunda y anacrónica, pero que nos roza la piel y dentellea en nuestros huesos por mucho que nos empeñemos en un progreso inventado de trajes impolutos y cabello engominado.

Lamento no tener una estampa más elocuente. La cámara hoy me la dejé en casa, pero aunque la hubiera llevado conmigo, entenderéis que dudo que hubiese encontrado el valor de encenderla dentro de ese biotopo.

lunes, 16 de febrero de 2009

jugar con fuego

Series, patrañas y cosas varias en televisioón. Lo último: aprender cómo matar a una persona de un solo toque.

El golpe del legionario. Mientras enseñan una maqueta de un cuerpo humano a escala real hecha por un artesano especializado en autopsias (o así le presentan por lo menos), otro especialista lleno de gozo expresa su satisfacción por poder explicar por fin en televisión algo tan importante: cómo matar a alguien de un golpe en el cuello. Lo dice mientras repite una y otra vez el movimiento sobre el cuello del cuerpo de goma. El artesano va retirando las capas que imitan la piel y el músculo humanos y el especialista aprovecha para, mientras repite incesantemente el susodicho golpe, partir el cuello del muñecajo.

Veo poco la televisión y suelo arrepentirme cuando le dedico algo de tiempo. Este programa, en cualquier caso, ha superado mis peores espectativas.

Me parece indignante tanto cinismo. Que, mientras que en los medios de comunicación no se informa de los suicidios para que no se produzca el "efecto imitación"- cosa que respeto- , se dedican horas en televisión (no sólo) a relatar por activa y por pasiva los detalles más escabrosos de asesinatos, incluso cuando han ocurrido en las últimas semanas, sin ni siquiera entrar a valorar lo que eso supone para los allegados de víctima y verdugo. ¿Acaso eso no da ideas? ¿Es que sólo se provoca la imitación en el caso de los suicidas?

¿Acaso es normal que tenga que escuchar en Cuarto Milenio una idea tan monstruosa como que es "importantísimo" conocer cómo matar a alguien? Ocurrió en este programa, pero cosas así las vemos continuamente en reportajes y mini series. Da que pensar.

lunes, 9 de febrero de 2009

un largo camino


Vuelvo a comenzar el camino, pero esta vez se presenta más apacible. No es llano, que va. Por delante sólo veo montañas y bosques cerrados. Pero sé que al otro lado no está el abismo. Sé cuál es la dirección que tomo. Eso no es poco.

viernes, 6 de febrero de 2009

cuando aprendí a leer

No me enseñaron a hacerlo entre líneas. Será por eso que cometo tantos errores cuando escribo. Por eso, también, pongo punto y seguido cuando debería ser punto y aparte. Y coloco un punto y aparte donde debería haber puesto, primero, una gran interrogación.


miércoles, 28 de enero de 2009

Mujeres y Cámaras

- Hija, ¿sabes dónde estoy? ¡En el Senado! En Madrid, sí. Me he venido con las mujeres del pueblo.

Así empieza la jornada en la Cámara esta mañana: mujeres venidas de toda España para poner sobre la mesa los objetivos comunes que, como mujeres del campo que son, les inquietan. La senadora por Segovia, y presidenta de la federación, toma la palabra. No en el estrado, no correspondo usar este sitio para la ocasión. Pero puede dirigirse a su intranquilo público desde la mesa central.

-Vamos callándonos ya, ¿no?- increpa con cierta educación castellana-. A ver, va a venir ya la senadora que preside el acto, pero faltan alguna mujeres por llegar. Creo que las de Granada. Vamos a pasar lista.

Las presentes, en lugar de escandalizarse por ser tratadas como colegialas, se revuelven en sus asientos y murmuran como si ciertamente tuvieran 9 años. Han pasado 5 o 6 décadas desde aquello. La verdad es que el espectáculo que han dado en la Cámara hasta hace unos minutos no les merece un trato diferente. Además del estruendo de la marabunta, las poses interesante en el susodicho estrado y en los escaños de otros han sido imprescindibles para la mayor parte de las asistentes. Lo mismito que harían los colegiales que vi en la entrada esperando para la visita guiada, solo que éstas encima vienen vestidas de domingo.

- ¡Cuéllar!-enfatiza la portavoz, por si el micrófono no funciona (aunque funciona).
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii- grita, cual grupo de excursionistas, el grupo nombrado.

En la misma mecánica siguen Cantalejo, Córdoba, Miajadas...

-¡SÍ!- resuena cuando una de las representantes, más avanzada que el resto, descubre el botón que acciona el micrófono, uno en cada escaño, que evita los gritos masivos.

-No, fotos no, que no me he pintado los labios- oigo a mis compañeras de la derecha, nunca mejor dicho.



Llega la senadora de la inauguración, una conocida representante del partido más "popular" de España.

- Ha venido el Padre Esteban- le comenta desde su puesto privilegiado la mujercilla que manda callar.

- Uy, que bien , el Padre Esteban. ¡Holaa!- saluda la política con su sonrisa fija empapada de emoción por el encuentro o reencuentro, nunca lo sabremos.

Por fin el acto comienza, la popular toma la palabra. Habla de violencia de género, de inmigrantes que deben aprender a "vivir entre nosotros, los occidentales". De pobres, las mujeres.

- Cerca de aquí está la Almudena, ¿no?- continua mi compañera de escaño. - El edificio España se ve desde aqui. Tu eres periodista, ¿no? Es que te veo aquí sola... Mi hija también es periodista, ¿sabes? Pero no encuentra trabajo. Yo me llevé un disgusto cuando decidió estudiar para eso. Somos tan críticos con los periodistas...- ¡encima!

En el centro de la sala, la popular sigue hablando de maltrato, de falta de recursos, de la culpa del Gobierno, de los valores de las otras culturas y religiones, que están muy equivocados, con todo el respeto. De cosas de otros, porque a las mujeres de la sala poco les importa.

-Mira que no darnos nada para desayunar... En el programa pone que hasta las 12:30 no paramos para el café. La Cibeles, ¿estará cerca?

sábado, 3 de enero de 2009

recapitulando


Si uno es un gato apestoso, lo mejor es asumirlo cuanto antes. Nada de medias tintas: que si algo esmirriao se puede tomar como esbelto o que una mirada triste es una mirada profunda... esmirriao y tristón no es más que eso: esmirriado, y tristón.